25 de julio de 2013
Santiago apóstol
Lecturas:
II Corintios 4, 7-15
/ Salmo 125, 1-6 Los que siembran entre lágrimas cosecharán
entre canciones
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
20, 20-28
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a
Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús.
Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se
sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
«No saben lo que piden», respondió Jesús.
«¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?»
«Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán
mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí
concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi
Padre.»
Al oír esto, los otros diez se indignaron
contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que
los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir
su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera
ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que
se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino
para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Meditar
sus palabras…
«¿Pueden beber el cáliz que yo beberé? […]
ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi
derecha o a mi izquierda,
no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha
destinado mi Padre […] Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan
sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no
debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor
de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo
del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en
rescate por una multitud.»
Es
decir, si te crees capaz de pasar por lo mismo que yo, tienes que vivir como
yo: haciéndote último, el que sirve… lo demás son palabras vacías.
Que
no olvidemos nunca que «llevamos un
tesoro en recipientes de barro» (1L): el tesoro eres tú;
el barro nuestra forma de vivirte. Pero, sabiendo que te basta que seamos
generosos con nuestra pequeñez para crear vida en el mundo, entonces «nuestra boca se llenó de risas y nuestros
labios, de canciones» (Sal). Gracias, Señor.
Meditando tus
palabras de Paz, Amor y Alegría, para darle sentido a nuestro actuar,
Miguel.
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