21 de enero de 2014
Martes de la Segunda Semana Durante el Año
Lecturas:
I Samuel 16,
1-13 / Salmo 88, 20-22. 27-28 Encontré
a David, mi servidor
EVANGELIO
Un
sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a
arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: «¡Mira! ¿Por qué
hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él
les respondió: «¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus
compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en
el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes
de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?»
Y
agregó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado».
Palabra del Señor.
MEDITACION
Ayer
era que siguieran las normas sobre el ayuno, hoy que no hicieran el esfuerzo
mínimo para no romper el descanso del sábado…

Se
nota una clara intención de legislación laboral “pro trabajador”, o social, como
diríamos hoy, en tiempos en que se trabajaba todos los días de sol a sol, al
introducir un día de descanso a la semana, refiriéndolo a Dios mismo.
Sin
embargo, los profesionales de la religión, como sucede siempre durante la
historia, quisieron ser “más papistas que el Papa” y transformaron el día de
compartir alabando al Creador en una jornada de restricciones infinitas
llegando al absurdo.
Danos
la sabiduría y el valor necesarios para que sepamos comprender y valorar las
actividades de culto religioso cuando nos hagan crecer como personas y corregir
aquellas que sólo tienen un sentido formal, que se aleja de tu plan de amor,
Señor. Así sea.
Reconociendo la
justicia del Reino, como enseñanza del Dios de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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