martes, 7 de enero de 2014

No olvidemos nunca que nuestro Dios es amor

7 de enero de 2014
Martes después de Epifanía

Lecturas:
I Juan 4, 7-10 / Salmo 71, 1-4. 7-8 ¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos   6, 34-44
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer.»
El respondió: «Denles de comer ustedes mismos.»
Ellos le dijeron: «Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos.»
Jesús preguntó: «¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver.»
Después de averiguarlo, dijeron: «Cinco panes y dos pescados.»
El les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.
Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente.
Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Palabra del Señor.

MEDITACION

Siempre me han molestado mucho, por absurdas e injustas, frases del tipo “Dios lo quiso”, cuando se refieren a situaciones dolorosas en la vida de las personas.
¿Puede Dios “querer” o –peor, incluso- hacer que ocurran cosas como muertes, accidentes terribles, pérdidas de trabajo o de salud? ¿Qué clase de dios sádico es ese?
Al contrario: el Dios de Jesús, su Padre y el nuestro, «es amor», de tal manera que se puede esperar «que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos de los pobres» (Sal). Porque «Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de Él» (1L) y eso lo vemos en que cuando éste nos ve, se compadece de nosotros y se preocupa de solucionar hasta las necesidades más básicas, como la de la alimentación.
¿Bajo qué argumentos, entonces, se puede sostener una visión como la que comentábamos más arriba?

Dios, Padre misericordioso, Dios Hijo compasivo y Dios Espíritu de amor, concédenos que seamos agradecidos por tanta bondad recibida, siendo generosos con nuestro cariño hacia los demás. Así sea.

Tratando de ayudar a descubrir al Dios de la Paz, el Amor y la Alegría que se manifiesta en lo pequeño,

Miguel.

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