4 de enero de 2014
Sábado de la Feria de Navidad
Lecturas:
I Juan 3, 7-10
/ Salmo 97, 1. 7-9 ¡El Señor manifestó su victoria!
EVANGELIO
Los dos discípulos, al oírlo hablar así,
siguieron a Jesús. El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó:
«¿Qué quieren?»
Ellos le respondieron: «Rabbí -que traducido
significa Maestro- ¿dónde vives?»
«Vengan y lo verán», les dijo.
Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con
él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de
Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio
hermano Simón, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», que traducido significa
Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: «Tú
eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas», que traducido significa
Pedro.
MEDITACION
Si
Juan no hubiese indicado a Jesús y si él no fuese alguien que influía –por la
coherencia de su vida- las opciones de los demás, aquellos dos discípulos tal
vez no lo hubiesen conocido ni entrado en la dinámica del Reino.
Y
ellos, a su vez, no habrían tenido la oportunidad de señalárselos a otros. En
este caso, el propio Pedro no habría recibido el mensaje.
Es
decir, no da lo mismo si te quedas guardado el mensaje de liberación o buscas
compartirlo y difundirlo: podrías, dependiendo del caso, impedir o ayudar a
despertar la fe en alguien que termine siendo un gran Apóstol del Señor. ¿Quién
sabe?
Que
nosotros, que también «Hemos
encontrado al Mesías»,
seamos capaces de comunicarlo con palabras, pero sobre todo con el estilo de
vida, Señor. Así sea.
Buscando vivir
con Paz, Amor y Alegría en la gran familia humana,
Miguel.
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