9 de enero de 2014
Jueves después de Epifanía
Lecturas:
I Juan 4, 19
-- 5, 4 / Salmo 71, 1-2. 14-15. 17 ¡Pueblos de la tierra alaben al Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
4, 14-22
Jesús volvió a Galilea con el poder del
Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas y
todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado;
el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la
lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el
pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado por la unción.
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los
pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor».
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante
y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó
a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír.»
Todos daban testimonio a favor de él y
estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Lucas
pone al comienzo de la misión de Jesús su programa de acción, el que éste encuentra
en el libro de Isaías y lo proclama con voz fuerte y clara: si fue consagrado
fue para que los pobres, que siempre escuchan malas noticias, conozcan la
mejor: Dios los ama en su propio hijo.
Por
extensión, se acaban las esclavitudes y todas las limitaciones que impedían
comprender esa verdad.
Jesús
es el Cristo, el ungido. Los cristianos hemos sido ungidos en el bautismo, por
lo que tenemos la misma misión suya, de manera que «El que dice: “Amo a Dios”, y no ama a su hermano, es un mentiroso.
¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?
Este es el mandamiento que hemos recibido de Él: el que ama a Dios debe amar
también a su hermano» (1L).
Que
también hoy se cumpla la Palabra de liberación para toda la humanidad, por
intermedio nuestro, Señor. Así sea.
Tratando de
ayudar a descubrir al Dios de la Paz, el Amor y la Alegría que se manifiesta en
lo pequeño,
Miguel.
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