28 de Julio de 2015
Martes de la Décimo Séptima Semana Durante el Año
Lecturas:
Éxodo 33, 7-11, 34, 5-9. 28 / Salmo 102, 6-13 ¡El Señor es bondadoso
y compasivo!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 36-43
Dejando a la multitud, Jesús
regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la
parábola de la cizaña en el campo.»
Él les respondió: «El que
siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena
semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al
Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del
mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña
y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El
Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los
escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente:
allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán
como el sol en el Reino de su Padre.
¡El que tenga oídos, que
oiga!»
Palabra del Señor.
MEDITACION
A veces las
parábolas nos enredan porque, tratamos de comprender (¡otra vez este cerebro
nuestro tan útil para tantas cosas, pero tan capaz de enredarnos en esto!) y, a la
vez, aplicar cada parte de ella a la situación que creemos que corresponde.
La
enseñanza de este día, claro, es recordarnos que existe el bien y el mal
mezclados en el mundo y también dentro nuestro. Por lo que hay que aprender a
trabajar para que no gane la cizaña (maleza) ni en las relaciones humanas ni en
nuestras decisiones.
Esto
implica que a veces –dependiendo de lo que hagamos o no y cómo- estaremos más
cerca de uno o de otra. Es decir, ni hay quienes son siempre y cien por ciento
malos, ni tampoco buenos; somos una mezcla que permanentemente varía en sus
proporciones.
Entonces,
en vez de perder tiempo en saber qué es el “horno” o los “ángeles” o cualquier
otro símbolo que contenga esta parábola, es más útil mirarse a sí mismo/a y a
la comunidad y buscar resplandecer «como el
sol en el Reino de su Padre», que es amor y que ilumina a quienes viven
o intentan vivir el amor.
Que seamos
cada vez menos de la cizaña, para ser cada vez más trigo que alimente la vida
de nuestros hermanos con el pan del amor y la amistad. Así sea.
Alimentándonos,
juntos como hermanos de humanidad, del Pan de la Paz, el Amor y la Alegría
generosos y solidarios,
Miguel
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