29 de Julio de 2015
Miércoles de la Décimo Séptima Semana Durante el Año
Lecturas:
Éxodo 34, 29-35
/ Salmo 98, 5-7. 9 ¡Santo eres, Señor, Dios nuestro!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 44-46
Jesús dijo a la multitud:
«El Reino de los Cielos se
parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a
esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se
parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al
encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Conozco
mucha –demasiada- gente cuyo concepto de felicidad es que sea viernes después
de las 7 de la tarde… y pequeños adelantos de ella son cada día después del
horario laboral.
Y no es que
quieran ir a reunirse con su familia, necesariamente. Habitualmente es para
anestesiarse (vía TV o alguna sustancia, legal o no), para no pensar en el
trabajo al que se sienten amarrados.
Tantos de
ellos apenas soportan y vegetan las 9 ó 10 horas diarias de su jornada, sin
renunciar, sino esperando que los despidan, para no perder la indemnización
legal.
¿Cómo
hacerles entender que están renunciando a la vida por pequeñas dosis de alegría
(o lo que crean que es eso)?
¿Y tú? ¿Te
has encontrado con el tesoro del Reino y te has desecho de aquello que lo
impide en tu vida, para ayudar a tus hermanos a liberarse a su vez?
Te hemos
encontrado, Señor, sin embargo, nos cuesta mucho encontrar la libertad generosa
con la que se puede comprar la perla preciosa de la vida a tu manera. Perdón,
Señor.
Alimentándonos,
juntos como hermanos de humanidad, del Pan de la Paz, el Amor y la Alegría
generosos y solidarios,
Miguel
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