5 de Agosto de 2015
Miércoles de la Décimo Octava Semana Durante el Año
Lecturas:
Números 13, 1-2. 25—14, 1. 26-33 / Salmo 105, 6-7. 13-14. 21-23 ¡Acuérdate
de nosotros, Señor!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 15, 21-28
Jesús partió de allí y se
retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de
esa región, comenzó a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija
está terriblemente atormentada por un demonio.» Pero él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y
le pidieron: «Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos.»
Jesús respondió: «Yo he sido
enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.»
Pero la mujer fue a postrarse
ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
Jesús le dijo: «No está bien
tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros.»
Ella respondió: «¡Y sin
embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus
dueños!»
Entonces Jesús le dijo:
«Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!» Y en ese momento su
hija quedó sana.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Jesús no es
un maestro de religión. De hecho era bastante poco “religioso” según los
parámetros de su época. Y los de nuestra…
Jesús era
un laico que vivía según lo que entendía era la voluntad de Dios, a quien
quería tanto y por quien se sentía tan querido que lo llamaba Padre.
Y es en la
forma de vivir que conocemos de él: sus decisiones, sus opciones, sus acciones;
en todo eso que lo reconocemos como Maestro de vida.
Él, por
ejemplo –como vemos en el presente relato- estaba convencido de haber «sido enviado solamente a las ovejas
perdidas del pueblo de Israel». Pero su sensibilidad le permitía tener la
mente abierta para ser convencido por un buen argumento que proviniera del
corazón (que es desde donde habla Dios) y cambiar su opinión.
Que podamos
tener un tipo de fe semejante al de la cananea, de manera de hablarte más desde
el corazón que desde los razonamientos, Señor, sabiendo que tu corazón es
generoso y compasivo. Así sea.
Alimentándonos,
con el corazón lleno Paz, Amor y Alegría, del ejemplo generoso de quien es el
Pan de Vida para todos,
Miguel
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