12 de Agosto de 2015
Miércoles de la Décimo Novena Semana Durante el Año
Lecturas:
Deuteronomio 34, 1-12
/ Salmo 65, 1-3. 5. 8.
16-17 Bendito sea Dios, que nos concedió
la vida
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18, 15-20
Jesús dijo a sus discípulos:
«Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás
ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que
el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a
hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la
comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en
el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para
pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos
o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Tal vez
ahora más que antes, pero siempre uno de los peores enemigos de la humanidad y
del vivir humano como lo soñó el Creador, ha sido el individualismo extremista
que olvida por completo a los demás.
En las
palabras de Jesús, en cambio, siempre encontraremos lo importante que era para
él la comunidad, por lo que debiese serlo también para todos quienes se sientan
cercanos al Maestro.
La vida en
comunidad se mantiene, se fortifica y crece si buscamos que los otros crezcan, ayudándolos
a corregir sus errores, tratándonos como hermanos, con mucha misericordia de
unos por otros.
Todo eso,
teniendo muy presente que los rencores y agravios que dejamos atados, no se
desatan con facilidad.
Y, lo más
importante, que, donde más de dos se reúnen en su nombre, ya sea porque se
digan cristianos o se persignen o cualquier otra manifestación de querer
acogerlo en la comunidad, él estará en medio con su fuerza y su alegría para
apoyarnos en la construcción de nuestra hermandad contra el individualismo.
Que podamos
aprovechar el regalo que nos haces de estar junto a nosotros cuando queremos
construir unidad, Señor. Así sea.
Buscando
permitir que el Pan de Vida que nos alimenta produzca frutos de Paz, Amor y
Alegría para la vida del mundo,
Miguel
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