22 de Agosto de 2015
Sábado de la Vigésima Semana Durante el Año
Lecturas:
Rut 2, 1-3. 8-11; 4, 13-17 / Salmo 127, 1-5 Así será bendecido el
hombre que teme al Señor
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 23, 1-12
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
«Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y
cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no
hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los
demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los
flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y
los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse
llamar "mi maestro" por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no
tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo
llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se
dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es
el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque
el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Los
fundamentalistas, que pretenden que la Biblia hay que entenderla al pie de la
letra, ¿cómo llamarán a quienes dominan su arte, a su progenitor o al médico?
Revisemos: ¿de
quiénes está hablando Jesús cuando enseña a no dejarse llamar "maestro",
"padre" ni "doctores"?
Se refiere
claramente a los que «no hacen lo que dicen», que
habitualmente son personas que «agrandan
las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los
primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser
saludados en las plazas» y ser llamados con esos y otros títulos que no se
merecen.
Frente a ellos existe Alguien a quien le corresponden naturalmente esas
denominaciones y toda otra que nos recuerde nuestro cariño por Él, sumado a la
reverencia debida a nuestro Dios.
Que intentemos
mucho y cada vez mejor lograr coherencia entre nuestro decir y nuestro hacer,
Señor. Así sea.
Intentando hacer los cambios necesarios
para que, alimentados del pan de Vida, podamos ser testigos de Paz, Amor y
Alegría para el mundo,
Miguel
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