viernes, 28 de agosto de 2015

¿Tendremos suficiente aceite-amor hasta entonces?



28 de Agosto de 2015
Viernes de la Vigésima Primera Semana Durante el Año

Lecturas:
Tesalonicenses 4, 1-8 / Salmo 96, 1-2. 5-6. 10-12 ¡Alégrense, justos, en el Señor!

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   25, 1-13

    Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
    El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
    Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
    Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: «Ya viene el esposo, salgan a su encuentro.»
    Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: «¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?» Pero estas les respondieron: «No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado».
    Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
    Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos», pero él respondió: «Les aseguro que no las conozco.»
    Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
Palabra del Señor.

MEDITACION
En aquel tiempo no había grandes extensiones de luminarias públicas, por lo que caminar de noche exigía usa lámparas. Al parecer, las de ese entonces eran alimentadas con aceite.
Por otro lado, existía la costumbre de que unas vírgenes esperaran al novio para escoltarlo al banquete nupcial.
Con esos elementos conocidos por todos, Jesús arma una historia, una parábola: eran diez las jóvenes, de las cuales la mitad era precavida y llevaba, además del combustible propio de la lámpara, un frasco adicional por si la espera era más larga de lo calculado. Las otras, no.
A éstas últimas les faltó el aceite y, mientras iban a comprar, llegó el esposo y quedaron afuera.
El llamado es a ser previsores y no quedarnos dormidos, sino activos, en la espera del Señor que viene.
¿Has revisado si tienes suficiente aceite-amor hasta entonces?

Que te esperemos con atención, Señor, esposo de la humanidad, con la disposición que tú esperas de nosotros: ocupados de los demás. Así sea.

Alimentándonos de las palabras de Vida eterna que llenan al mundo de Paz, Amor y Alegría,
Miguel

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