21 de Septiembre de 2015
Lunes de la Vigésima Quinta Semana Durante el
Año
Lecturas:
Efesios 4, 1-7. 11-13
/ Salmo 18, 2-5 Resuena su eco por toda la tierra
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 9, 9-13
Jesús vio a un hombre llamado
Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo:
«Sígueme.» El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo
en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con
él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por
qué su Maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús, que había oído,
respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los
enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no
sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Parece
pregunta anticuada, pero me consta que muchas personas de fe aún discriminan.
Unos serán
«publicanos y pecadores», otros serán gays o drogadictos, o ladrones y
prostitutas…
En fin, hay tantos que son otros, no sólo distintos, sino peores… desde
nuestro punto de vista.
¿Qué
hubiese sido de nosotros si el médico de humanidad, Jesús, no se hubiese
mezclado con los enfermos de pecado?
Hubiese
andado solo. Y no hubiese servido de nada su paso por nuestra tierra.
Gracias a
Dios –literalmente- no fue así y pudimos contar con él.
Ahora el
Padre espera que tus hermanos también puedan contar contigo.
Que
tengamos muchísima más misericordia que ritos religiosos, para que vivamos más
parecido a como aprendimos de ti, Señor y no sólo repitiendo costumbres. Así
sea.
Buscando ser los últimos en privilegios
para ser primeros en llenar de Paz, Amor y Alegría a los demás y a nuestra vida,
Miguel
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