16 de Septiembre de 2015
Miércoles de la Vigésima Cuarta Semana Durante
el Año
Lecturas:
Timoteo 3, 14-16
/ Salmo 110, 1-6 ¡Grandes son las obras del Señor!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 7, 31-35
Dijo el Señor:
¿Con quién puedo comparar a
los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos
muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos:
¡Les tocamos la flauta,
y ustedes no bailaron!
¡Entonamos cantos
fúnebres,
y no lloraron!
Porque llegó Juan el Bautista,
que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: "¡Ha perdido la
cabeza!." Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "¡Es un
glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!." Pero la Sabiduría
ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Muchas
veces uno escucha alabanzas a un cura, un pastor o un líder de parte de
personas que se lamentan que otros no sean iguales.
Hoy se nos
recuerda que los estilos de Juan «que no come pan ni bebe vino» y de Jesús «que come y bebe» eran distintos.
Pero ambos
querían lograr que la gente volviera su corazón a Dios.
Para eso,
cada uno puso todas sus capacidades y habilidades, sumadas a lo que, en su
conciencia y de acuerdo a su propio y libre discernimiento, consideraban más
adecuado para lograrlo.
Ninguno era
malo; ninguno estaba errado.
Que podamos
ser menos “jueces” y más sensibles, tal como nos gusta que se comporten los
demás con nosotros, para aceptar las diferencias de estilo y carismas que cada
cual tiene y aceptemos el mensaje que proviene de ti, Señor, sin preocuparnos
tanto por el mensajero. Así sea.
Buscando los caminos de Paz, Amor y Alegría
para seguir por ellos al Señor con la cruz del servicio al hombro,
Miguel
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