jueves, 26 de noviembre de 2015

Cambiar el prisma con que se ve la fe



26 de Noviembre de 2015
Jueves de la Trigésimo Cuarta Semana Durante el Año

Lecturas:
Daniel 6, 12-28 / Salmo Dn 3, 68-74 ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   21, 20-28
    Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida:
    Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.
    ¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.
    Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
    Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
    Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación.
Palabra del Señor.

MEDITACION

Jesús aparece hoy anunciando lo que sucedió con la destrucción de Jerusalén y la consiguiente diáspora del pueblo judío, ocurrida por el año 70 de nuestra era.
Ese hecho lo asocia el evangelista con señales apocalíticas, por las cuales «los pueblos serán presa de la angustia» y «los hombres desfallecerán de miedo».
Pero, ojo, que eso no termina así, como algunos parecen creer… y querer…
Porque en esas circunstancias, en contraposición, «se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria». Entonces, no hay que temer, sino, más bien su consejo es: «tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación».

Que cambiemos el prisma con el que vemos lo relacionado con la fe, Señor, pasando de temores más bien fruto de la ignorancia, a la alegría de confiar en la Misericordia y el amor del Padre. Así sea.

Intentando lograr que la Verdad que produce Paz, Amor y Alegría guíe nuestras vidas,
Miguel

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