15 de Enero de 2016
Viernes de la Primera Semana del Tiempo Común
Lecturas:
I Samuel 8, 4-7. 10-22
/ Salmo 88, 16-19 ¡Cantaré eternamente tu amor, Señor!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 2, 1-12
Jesús volvió a Cafarnaún y se
difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no
había más lugar ni siguiera delante de la puerta, y él les anunciaba la
Palabra.
Le trajeron entonces a un
paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a
causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y
haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de
esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.»
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: «¿Qué
está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los
pecados, sino sólo Dios?»
Jesús, advirtiendo en seguida
que pensaban así, les dijo: «¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al
paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o "Levántate, toma
tu camilla y camina"? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene
sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo
mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»
Él se levantó en seguida, tomó
su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba
a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto nada igual».
Palabra del Señor.
MEDITACION
A Marcos le encanta presentar a Jesús actuando como un liberador de
dolencias físicas y dolencias espirituales. Le encanta poner a Jesús en
conflicto con las mentiras del sistema religioso, cultural y político que, en
su tiempo, y en nuestro tiempo hacen tanto daño a la vida de los humildes de la
tierra. Lo primero es librar por dentro. Tus pecados son perdonados. Esta es la
primera novedad: el Hijo del hombre perdona pecados y no lo hace en el templo
como un rito sagrado sino en la cotidianidad de la vida, en las casas, porque
lo verdaderamente sagrado es la vida. Perdona los pecados personales y los
pecados que le han cargado las autoridades religiosas. Como si le dijera Jesús:
Te libero por dentro y te libero de las leyes injustas. Este es el proyecto de
Jesús. Sanar dolencias por dentro llenando el corazón de los valores del reino,
y del nuevo rostro de Dios Padre-Madre y liberar por fuera de los males que nos
hemos causado. En el texto vemos, nuevamente, como en el leproso, la fuerza
espiritual del pueblo oprimido, la solidaridad de los compañeros del
paralítico, y su fe en Jesús. ¿Actuamos así nosotros con los enfermos y los
oprimidos por este mundo injusto? ¿Los llevamos a Jesús para que experimenten
un encuentro personal con Él?
(Comentario del Servicio Bíblico Latinoamericano
www.servicioskoinonia.org)
Que busquemos unirnos con otros para vencer las dificultades que siempre
estarán presentes, hasta hacer que nuestros hermanos encuentren la sanación y
la liberación, Señor. Así sea.
Intentando vivir como bautizado, es decir,
llevando Paz, Amor y Alegría por donde vaya,
Miguel
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