17 de Marzo de 2016
Jueves de la Quinta Semana de Cuaresma
Lecturas:
Génesis 17, 3-9
/ Salmo 104, 4-9 El Señor se acuerda eternamente de su
Alianza
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 8, 51-59
Jesús dijo a los judíos:
«Les aseguro que el que es
fiel a mi palabra, no morirá jamás.»
Los judíos le dijeron: «Ahora
sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas
también, y tú dices: "El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás."
¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas
también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?»
Jesús respondió: «Si yo me
glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me
glorifica, el mismo al que ustedes llaman "nuestro Dios", y al que,
sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: "No lo conozco",
sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su
palabra. Abraham, el padre de ustedes,
se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría.»
Los judíos le dijeron:
«Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?»
Jesús respondió: «Les aseguro
que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy.»
Entonces tomaron piedras para
apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Es claro que Jesús no está hablando de la muerte física.
De lo contrario, aún andarían por acá los Apóstoles y muchos otros que fueron
fieles a su palabra.
O, la alternativa sería que absolutamente nadie en estos dos milenios ha
sido tan fiel…
Como ninguna de las dos es correcta, debemos asumir que se refiere a
otra cosa.
Claro que debe ser triste no ser recordado/a una vez sepultado/a, pero
lo es más ser olvidados/as en vida…
Por cierto, existe la ingratitud, pero a quien ha vivido intentando
amar, servir, consolar…, es decir, quienes han buscado ser fieles a la palabra
del Señor, siempre vivirán en la memoria y el corazón de más de alguien. En
otras palabras: no morirán definitivamente.
Que intentemos, cada vez más y cada vez mejor, ser fieles a ti y a tu
palabra, Señor, porque te amamos, porque sabemos que eso nos hace mejores y
hace mejor al mundo, más que por conseguir algo con ello. Así sea.
Descubriendo, con mucha Paz, Amor y Alegría,
que las actitudes misericordiosas ayudan a distinguir a los seguidores de
Jesús,
Miguel
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