miércoles, 28 de septiembre de 2016

La fe en Jesús se refleja en el trato hacia los demás



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
2 de Octubre de 2016
Domingo de la Vigésimo Séptima Semana Durante el Año

Lecturas:
Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4 / Salmo 94, 1-2. 6-9 ¡Ojalá hoy escuchen la voz del Señor! / II Timoteo 1, 6-8. 13-14

+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas  17, 3-10
    Dijo el Señor a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti diciendo: "Me arrepiento", perdónalo».
    Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». Él respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", ella les obedecería.
    Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: "Ven pronto y siéntate a la mesa"? ¿No le dirá más bien: "Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después"? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?
    Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber"».
Palabra del Señor.

MEDITACIÓN                                                                                                             
El o la que quiera ser seguidor/a de Jesús, quien está entre nosotros como el que sirve (Lc 22,27), en este mundo en que nos toca vivir, donde no se ve «más que saqueo y violencia, hay contiendas y aumenta la discordia» (1L), debe aportar la diferencia, que está en el espíritu de reconciliación y servicio (Ev), la paz y la fraternidad, aunque cueste, «porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad» (2L). «Ojalá hoy escuchen la voz del Señor» (Sal). Amén.
La Fe no es para andar tirando moreras al mar, por cierto. Pero, ¿será posible medir su cantidad?
Tal vez si existiese una encuesta acerca de eso, al menos los cristianos, en su inmensa mayoría, sumarían al recuento personal su participación en los ritos de su credo y el conocimiento de las reglas y normas que cada uno de estos enseña como necesarios para considerársele un miembro activo.
Y no sería raro que los mismos parámetros utilicen personas más bien alejadas de las distintas iglesias. De hecho se suele oír de ellos que se le diga a alguien que parece cumplir aquellos requisitos: “tú, que tienes bastante fe…”
Sin embargo, es muy significativo en el texto de este día que los discípulos relacionen la cantidad de su fe, no a propósito de una compleja discusión sobre un tema teológico difícil de comprender, sino inmediatamente después de una enseñanza de Jesús sobre el trato con los demás.
Es que los parámetros del Maestro siempre tienen relación con el prójimo:
¿Cuál es el mandamiento más importante para Jesús?
«"El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios […] El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos"» (Mc 12,29-31).
¿Cómo identifica al prójimo Jesús (o cómo identificar a quien hay que amar para cumplir el mandamiento)?
«¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?". "El que tuvo compasión de él", le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma manera"» (Lc 10,36-37).
Además, como sabemos, la práctica religiosa más importante de su credo era respetar el Shabat, el Día Sagrado del Señor, sin embargo, Jesús indica que «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado» (Mc 2,28), lo que implica que el hombre (nuestro prójimo) es más sagrado para Dios que un día de prácticas religiosas.
Por último, como para la creencia masiva el “objetivo” de la fe es salvarse en el momento del Juicio Final, para quienes estén preocupados de eso, Jesús, consecuente con todo lo anterior, no sugiere cumplir mandamientos o ritos, sino ocuparse de los necesitados, ya que, dice él, los que así lo hayan hecho serán quienes escucharán en aquel momento definitivo: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo» (Mt 25,34).

Pareciera, entonces, que ser cristiano no es tan complejo, ya que no es necesario conocer demasiada teología, sin embargo, se hace difícil, debido a que nuestra comodidad le da muchos permisos al egoísmo para impedirnos amar y servir a nuestro prójimo a la manera de Jesús.
Por eso, como su invitación es a hacer más humano nuestro mundo, tratándonos más fraternalmente unos a otros, la propuesta de este día es que nos amemos de esa manera tan auténtica, porque afecta tanto a nuestro ego, la cual es perdonar.
Así que a tu hermano (tu prójimo) «si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti diciendo: "Me arrepiento", perdónalo».
Sí, Señor, para poder intentarlo cada vez más y cada vez mejor, «Auméntanos la fe», por favor.

Que podamos hacernos servidores de la vida, cumpliendo el deber que nos hemos autoimpuesto al usar tu nombre, Señor: mostrar que la fe en ti implica amar siempre más y siempre mejor. Así sea.

Queriendo aportar la Paz, el Amor y la Alegría que le da al mundo vivir perdonados y reconciliados,
Miguel

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