miércoles, 3 de mayo de 2017

El aporte del rebaño de Cristo



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
7 de Mayo de 2017
Domingo de la Cuarta Semana de Pascua de Resurrección

Lecturas:
Hechos 2, 14. 36-41 / Salmo 22, 1-6 El Señor es mi pastor, nada me puede faltar / I Pedro 2, 20-25

+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan    10, 1-10
Jesús dijo a los fariseos:
«Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino trepando por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz.»
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que Yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero Yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.»
Palabra del Señor.

MEDITACIÓN                                                                                                             
Los discípulos, después de la Resurrección, habían comprendido y creían que a Jesús «Dios lo ha hecho Señor y Mesías» (1L), por lo que, entendían y aceptaban que, siguiendo sus enseñanzas, «si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento» (2L), podían mostrar confianza en que «Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida» (Sal), porque el mismo Buen Pastor nos enseñó: «Yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia» (Ev).
Es imposible saber cómo sería nuestro mundo si no hubiese existido el cristianismo. Sí podemos, en cambio, revisar algunos de los aportes que ha hecho a la humanidad esta fe.
Tal vez el más importante es resaltar la dignidad de cada ser humano, hijos todos del mismo Dios.
Eso se ha manifestado desde la defensa de los más débiles, inspirando la lucha contra la esclavitud, el racismo y la segregación; al desarrollo de la cultura, promoviendo las artes, y fundando y diseminando instituciones de educación por doquier; pasando por la organización de instituciones caritativas, donde podríamos incluir algo tan fundamental como la creación de hospitales.
Incluso, pueden reconocerse fuertes influencias de las distintas corrientes cristianas en la forma cómo se han desarrollado los sistemas político-económicos que nos rigen al día de hoy a nivel planetario.
Claro que hay que reconocer que muchos actos bárbaros los han realizado personas que se decían cristianas o, peor aún, se perpetraron usando el nombre de Cristo. Sin embargo, a este respecto, la historia, en general, entiende que aquellas son aberraciones que traicionan el espíritu de su inspirador, el mismo que se define: «Yo soy la puerta. […] he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia»
Debido a eso, gracias a Dios, y a quienes han permitido que su Espíritu actúe en ellos, también conocemos a quienes, impulsados por esta fe, han aportado a hacer mejor nuestro mundo: la lista es gloriosamente enorme, pero, sólo para nombrar algunos, recordemos que cualquier ser humano conoce y admira el desprendimiento y ecologismo avanzado de un Francisco de Asís; o que Madre Teresa es un sinónimo universal de dedicación a los más pobres de entre los pobres; o que mencionar a Martin Luther King es hablar de lucha por los derechos humanos. Y así, con tantos más.
Porque sus “ovejas”, evidentemente, son quienes actúan de la segunda manera, los que tienen una vida que no se deja “achatar” por el egoísmo cobarde y cómodo; y, menos aún, «son ladrones y asaltantes» de las esperanzas, la dignidad y los medios de subsistencia de los demás.
Es que, quienes forman parte del “rebaño” de Cristo son aquellos que, imitando a su Maestro y Señor, sirven a los demás, comprendiendo que esa es la herramienta para llegar a tener una vida en plenitud o en abundancia. Y, de esa manera, sumando su grano al de otros más que creen y viven coherentemente su cristianismo, han aportado y seguirán aportando a mejorar el mundo en que vivimos.

Que nos sea posible entrar por la Puerta de la única Vida que merece llamarse de esa manera y que eres tú mismo, Señor, lo que se manifiesta en asemejarnos a tu vida servidora de Buen Pastor. Así sea.

Buscando con mucha Paz, Amor y Alegría, significar un aporte a la vida de los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús,
Miguel

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