19 de agosto de 2013
Lunes de la Vigésima Semana Durante el Año
Lecturas:
Jueces 2,
11-19 / Salmo 105, 34-37. 39-40. 43-44 ¡Acuérdate de mí, Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
19, 16-22
Se
le acercó un hombre y le preguntó: «Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para
conseguir la Vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo
es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos.»
«¿Cuáles?», preguntó el hombre. Jesús le respondió: «No matarás, no
cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre
y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
El
joven dijo: «Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?» «Si quieres
ser perfecto, le dijo Jesús ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres:
así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»
Al
oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos
bienes.
Palabra del Señor.
MEDITACION
“Nada
es perfecto” y “nadie es perfecto”, son dos frases que se han internalizado
entre nosotros, produciendo el efecto de asimilar perfección con una utopía
irrealizable.

En ambas ocasiones se refiere a acciones que
reflejen el amor: la primera perdonando; la segunda, creciendo en generosidad.
Tal
vez su concepto de perfección y el nuestro son diferentes: nosotros creemos que
no se puede y no lo intentamos; él cree que siempre podemos más, porque «todo
es posible para el que cree» (Mc 9,23). ¿Creer en qué?. No. Creer en quién:
creer en aquel que ha prometido –y cumplido- «yo estaré siempre con ustedes hasta
el fin del mundo» (Mt 28,20).
Porque
creemos en ti, quisiéramos con tu ayuda realizar obras buenas que alcancen la
perfección en la generosidad con lo que poseemos y con el perdón, Señor.
Sabemos que contamos contigo, auméntanos la fe. Así sea.
Buscando que el
fuego del Reino de la Paz, el Amor y la Alegría arda en nuestro tiempo y
nuestra vida,
Miguel.
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