miércoles, 18 de septiembre de 2013

No juzgar al libro por su portada

18 de septiembre de 2013
Miércoles de la Vigésimo Cuarta Semana Durante el Año

Lecturas:
I Timoteo 3, 14-16 / Salmo 110, 1-6 ¡Grandes son las obras del Señor!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   7, 31-35
    Dijo el Señor:
    ¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos:
        ¡Les tocamos la flauta,
        y ustedes no bailaron!
        ¡Entonamos cantos fúnebres,
        y no lloraron!
    Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: "¡Ha perdido la cabeza!." Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!." Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Juan XXIII era el “Papa bueno”, habitualmente sonriente y campechano, lo que hizo que a su sucesor Pablo VI, más serio, se lo quisiera menos. Lo mismo, mucho más contemporáneamente ocurrió entre Juan Pablo II y Benedicto XVI, como sabemos. Pero pocos saben qué frutos evangélicos concretos dio cada cual en su ministerio como para tener una visión más equilibrada y completa. Se los juzgaba meramente por las apariencias.
El Bautista y el Nazareno trabajaban por lo mismo: por el Reino de Dios; su preparación y su pleno cumplimiento. Sin embargo, cada uno lo hizo con su estilo: Juan es un asceta, al estilo de los antiguos profetas, riguroso y exigente con los demás y consigo mismo, «que no come pan ni bebe vino»; por otro lado, Jesús realiza un ministerio alegre y cercano a la gente, «que come y bebe», pero con exigencias claras, aunque desbordando una infinita misericordia.
Hoy se nos invita a “no juzgar al libro por su portada”, sino preocuparnos del contenido profundo de las personas. O corremos el riesgo de perdernos algo muy importante…

Líbranos, Señor, de aquello que es tan propio nuestro, como es evaluar y luego decidir nuestra reacción frente a los demás, sin conocerlos bien. Así sea.

Yendo unidos por los caminos de la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,

Miguel.

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