viernes, 11 de abril de 2014

Ser capaces de valorar lo bueno que otro u otra realiza, sin importar qué opinión tengamos de su persona

11 de abril de 2014
Viernes de la Quinta Semana de Cuaresma

Lecturas:
Jeremías 20, 10-13 / Salmo 17, 2-7 Invoqué al Señor y Él me escuchó

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   10, 31-42
Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?»
Los judíos le respondieron: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios.»
Jesús les respondió: «¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: "Tú blasfemas", a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad.» Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Se va apretando la soga… los hechos se van precipitando hacia el desenlace de la vida de Jesús que conmemoraremos pronto.
Su “crimen” se le describe así: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios»
Es decir, “qué importa si estás haciendo el bien, no nos gusta lo que dices de ti…”
Pero eso no pertenece sólo a un pasado remoto… o ¿acaso no conocemos (o no nos hemos hecho parte de) casos en los que las criticas demoledoras sobre una persona o un grupo terminan derrumbando una buena obra?
Claro, normalmente nadie tiene una intención malvada en esto, de hecho ellos lo hacen como una forma de “proteger” la honra de Dios. Pero el efecto es el mismo…
Es buen momento, entonces, para preguntarnos si somos capaces de valorar lo bueno que otro u otra realiza, sin importar qué opinión tengamos de su persona. O, en otras palabras, si tenemos la grandeza de alma de apoyar material o moralmente las grandes causas en beneficio de muchos o lo contrario…

Como hijos de Dios que somos, lo que es un regalo de su amor, queremos que se note que creemos en tu obra, Señor y, a la vez, como fruto de aquello, hacer nuestro propio aporte para que tu labor humanizante se extienda por el mundo. Así sea.

Con Paz, Amor y Alegría en el corazón, confiando en la Resurrección y la Vida que promete el Señor,
Miguel.


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