5 de Noviembre de 2015
Jueves de la Trigésimo Primera Semana
Lecturas:
Romanos 14, 7-12 / Salmo 26, 1. 4. 13-14 ¡Contemplaré la bondad del Señor!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 15, 1-10
Todos los publicanos y
pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo entonces esta
parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las
noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta
encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de
alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice:
"Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había
perdido".
Les aseguro que, de la misma
manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que
por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
Y les dijo también: «Si una
mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la
casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus
amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la
dracma que se me había perdido."
Les aseguro que, de la misma
manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».
Palabra del Señor.
MEDITACION
No sé tú, pero yo
me considero pecador: alguien que se permite demasiado alejarse de los rayos de
sol del amor de Dios, lo que “enfría” mi solidaridad, mi cercanía y simpatía
por los que necesitan y sufren.
Me parece que esa
es la condición humana más habitual.
Jesús, que sabe de
esto, tal como el Padre, no se cansa de alentarnos a cambiar, a mejorar, a
sanar de esa enfermedad que llamamos “pecado”.
Y fíjate la imagen
que usa hoy: en el cielo hay fiesta cuando corriges tu caminar.
Vale la pena
intentarlo muchas veces y tomar su mano para volver a pararse después de cada
caída. Él no se cansa, ¿por qué habríamos de hacerlo nosotros?
Que nos sintamos,
pero que, sobre todo, ayudemos a los hermanos que se sienten o les han hecho
sentirse alejados de Dios a identificarse con la oveja o la moneda valiosa para
el Padre. Siempre. Así sea.
Intentando vivir las bienaventuranzas de la
Paz, el Amor y la Alegría, que son el camino hacia la Vida plena,
Miguel
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